Día del Trabajo
Yo esperando a que llegara para no trabajar ¿y qué creen?...cayó domingo
y es que Domingo (mi padrino) cae cuando uno menos lo espera, otro día
del trabajo más que se va, para peores desperdiciado, pues en domingo yo
nunca trabajo entonces no hubo diferencia, ni tampoco lo quisieron pasar
para lunes el feriado, para por lo menos no venir a trabajar hoy, que me
muero de hastío… (“has-tío” es el esposo de “apa-tía”) podemos analizar
el por qué tenemos que trabajar, porque si no tuviéramos que hacerlo, no
habría “día del trabajo” y nos perderíamos ese feriado (de hecho yo me lo
perdí ayer, pues de todos modos no iba a trabajar (aunque eso ya lo dije))
supuestamente en aquellos tiempos remotos (cuando no habían controles
remotos) Adán y Eva no tenían que trabajar, pues todos los productos, del
mercado los tenían monopolizados, entonces tenían todo a la mano, aunque
ir por frutas o matar algún animal para hacer parrilla, implicaba un cierto
esfuerzo, así que Eva, cansada de cosechar y cocinar (de lavar no, porque
en ese tiempo se podía andar si ropa y no se lo llevaban preso por faltas
a la moral) decidió buscar un medio para poder “palmar la culebra” todo
el tiempo… y fue precisamente la culebra la que luego de palmarse ella
sola, llegó a proponerle un negocio a Eva, que consistía en vender manzanas
como en ese tiempo no existía el sistema métrico decimal, no conocían
lo que es una hectárea, entonces vendían los terrenos por “manzanas”
que según dicen son seis mil novecientos ochenta metros cuadrúpedos
cada una, ahora bien, a Yavés no le gustó que estuvieran fraccionando sus
fincas y vendiendo lotes para urbanizar, por lo que los maldijo y obligó a
trabajar de verdad por el resto de la vida… y ahora, según lo que nos
cuentan, nosotros tenemos que pagar ese chorizo trabajando… ¿y que
culpa tenemos nosotros, dígame usté? Por eso es que inventaron el
día del trabajo, para no tener que trabajar, aunque suene raro, más
bien ese día debería ser el único que se trabaje, pero lo que hay es lo
que hay, en otros ámbitos, según dicen las malas lenguas, este día del
trabajo lo celebramos matando a Bin Laden, recuerdo que hace diez
años, daban como veinte mil dólares de recompensa al que diera informes
que llevaran a su paradero, ¿le darían esa plata al que lo echó al agua?
(bueno, lo echaron al agua luego de que lo mataron… dicen) pero no:
leyendo mejor, me enteré de que al mensajero que lo acusó, también
le volaron la tapa… de los sesos, así se ahorran los veinte mil dólares
de la recompensa, me preguntan ¿Qué me parece la muerte de Bin
Laden? Les respondo: solo me quejo de haber desperdiciado otro día
del trabajo, escuchando de rebote las idioteces de la “beatificación de
Juan Pablo II (reloaded)”, la “boda real”, la boda falsa y la muerte de
este energúmeno, ahora solo falta que me pregunten por la política y
el fútbol de mi país… pa’ terminarla de arreglar…
No hay comentarios:
Publicar un comentario