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18/4/12

Poesía Equivocada

Poesía Equivocada

 Hay equivocaciones que se perdonan, pero lo que no se puede perdonar
es que este servidor conociera las letras y el Word, porque sí, digan lo que
digan unos, la mayoría opta por mejor no leerme…
 Pero como el mundo no se manda solo y ahora que estoy inspirado, decidí
castigar a los incautos que caen por acá con una serie de versos que como
es costumbre, me van saliendo a cómo voy escribiéndolos, conca… con ca-
riño para ustedes mi público:

 En la noche silenciosa osa osa, osa venir a mí este anhelo
que a veces me eriza el pelo (eso se llama miedo, cobarde)
pero hay que tener carajo! –que diga- coraje!...
para seguir en este viaje, que nos presenta la vida,
que fracasa la vacuna del sida, que en África no se alimentan
que las noticias mientan, que todo decaiga.
Estoy “ajuera” mirando el silencio, escuchando la oscurana
que no tengo sotana… ni fulana ni mengana, porque no soy
cura, en medio de mi locura y es la soledad la que me dicta
siempre y el viento me asusta, y me asusta esa rana, y me
asusta el futuro y me asusta el pasado (el pasado por agua)
se me antojó un huevo… se me prensó un… deseo, se me fue
una idea… aunque sea fea, igual la escribo.
 Y estoy aquí vacío sintiendo el ídem y ni la luna me quiere hoy
por eso es que ya me voy, me voy sintiendo mejor, me río de
lo cotidiano (por la terminación que tiene la palabra) y las
cort-inas son para cort-arlas, no sé porqué me regañan
si actúo a como lo siento y ante las miserias del mundo me
mofo… pero creo que no es por eso, me “mofo” porque
está empezando a llover y el agua está “mofada” y muy fría.
Mejor entro pa’ dentro y no me salgo más pa’ juera
que si yo hiciera lo que quisiera, la realidad esta no fuera
si no adentro… y lo que yo siento a nadie le importa, porque
miento, como el viento, como la lluvia que “mofa”, como
el silencio, como la oscurana, como esa maldita rana…
que susto me pegó otra vez, y la noche negra como el cabrón,
digo, el carbón, chispa que no enciende, gracia que no llega.
 La casa está vacía, la habitación está fría, la cama está húmeda
(no debí tomar ese litro de refresco anoche…) el eco en todas
las paredes no suena… (hay que cambiarle las pilas) me hago
pequeñito imperceptible, me hago gigante inconmovible
me hago… me hago (mejor voy al baño) me desespero, pero
aún así espero, espero que una mano apague ya, que no tengo
fuerzas para hacerlo yo.
 Amanece por fin, para alivio de todos, porque con el día viene
la rutina y ese espacio acogedor en el que nadie me observa
en el que ningún ser humano me percibe, en el que no existe
peligro… de que yo vuelva a escribir.



15/11/11

Un Cuento de Vanidad (Versión Poesía)

Un Cuento de Vanidad (Versión Poesía)


Para empezar,
el buen Marley estaba muerto
desde hace muchos años
el pobre Bob yace en una tumba,
que para muchos es un desierto
ya no canta,
el buen reggae murió con él
y en esta época santa,
no sabemos qué hacer

“Ebanister Escruge”… su socio,
lo sabía muy bien
odiaba los villancicos,
pero amaba el reggae
no daba limosnas a los pobres
y a los ricos… también
pero el destino le tenía listo
un duro revés
el viejo amargado entendería
de una sola vez

O tal vez tres, porque esa noche,
pensando se fue
a su casa a descansar
como hacía cada… mes
pero este preciso mes
era el de la fatalidad,
ese al que llaman navidad,
de regalos, festejos en vez
de pensar un poco en la verdad,
así Escruge se mece

En su silla de labor,
recordó que al entrar algo vio
en el pomo se su puerta al abrir
(la cara de Goofy) claro está,
con la que tiempo atrás
el mismo la adornó
sin embargo no dejaba
de pensar en el viejo Bob
cuando a las puertas
el cántico navideño llegó

En el tétrico silencio
de su estancia, egoísta y falaz
escuchó un murmullo
de algo que se arrastraba
era el inconfundible cabello de Bob,
que hace mucho
no se cortaba
porque no hay peluqueros
en el más allá
que se trataba de un trucho
Escruge al principio dudaba

Pero con lamento fantasmal,
escuchó a Marley decir:
“desde esta noche tres fantasmas
te visitarán, el primero hoy”
que te abrirán los ojos
ante la realidad de esta celebración
Ebanister, miró su vaso,
en el que solo quedaba un sorbo
de lo que había estado tomando
y sin pensarlo, lo tiró

Sin embargo a la hora de dormir,
una luz lo deslumbró
“soy el fantasma de la Vanidad Pasada”
dijo y se sentó
se trataba del espíritu
de el gran sabio Isaac Asimov
“te llevaré a recorrer
el mundo pasado en el cual
el futuro a mí se me reveló,
dentro del que no cabe
ningún nacimiento de ningún creador,
y esto nadie lo sabe”

Volaron hacia atrás,
a mundos fantásticos
llenos de robots
donde todos felices se informaban
sin pretensiones odiosas
de falso bienestar y amor,
que los ignorantes basan en un dios
Ebanister entonces se preguntaba,
como es que se dieron las cosas
porque en su mundo todos creían
que la vida se regía por rosas

La realidad que el primer espíritu le imprimió
lo dejó cansado
pero pasado el viaje otro ser se le apareció
cerca de su cama
se trataba de Richard Dawkins
en la mano “El Espejismo de Dios”
“Soy el espíritu de la Vanidad Presente”
anunció “y el ateo me ama”
el viaje que hizo fue a su misma época,
le enseñó su razón

La navidad es un negocio,
con Coca-Cola y Santa Clós
el pretexto es el natalicio
de un niño algo precoz
que según parece fue enviado
por su padre que en realidad
es él mismo disfrazado…
de casualidad
y parido por una virgen
para darle más sabor,
a la fábula inventada
en un libro de terror

Asustado y demacrado
a su cama volvió, a esperar el final
no sabía que faltaba
un camino por recorrer,
el más difícil quizá
un espectro sin rostro se le apareció
y con un dedo lo señaló
este personaje no se reveló,
pero tal vez es una esperanza de que
la gente comience a pensar
con su cerebro que la evolución le dio

El futuro se puede cambiar
pero lo inevitable sucederá por más
que reces y construyas portal,
y el arbolito adornes en familia
tengas santos, vírgenes, dioses
colgados de cruces como talismán
esto no evitará que el cáncer, el SIDA,
las plagas, acaben con la vida
como el pequeño Timy, que al final
tuvo que morir, se convirtiera
Escruge o no…

La vanidad del ser humano,
el orgullo tan vano,
ponerse a celebrar
festividades innatas ¿para qué?
los regalos, la hipocresía
la sonrisa vacía, la inútil fe,
todo esto comprendió Ebanister,
esa misma noche
y su viaje lo llevó hacia una gran verdad:
su propia tumba olvidada
que aunque estuviera rodeada de gente
al él no le serviría de nada…

Entonces salió a la calle,
con la cabeza muy en alto:
“no tengo porqué
rendir ningún homenaje
a inexistentes personajes
ni a la falsa fe
me compraré un buen pavo
y lo compartiré,
porque así me nace
no por paradigmas de ficción,
que la única buena
es la de Isaac Asimov”
y vio que habían pasado tres días,
desde la estúpida celebración

Pero no le preocupó,
porque somos libres de celebrar,
el día que se nos antoje celebrar,
ya sea veinticinco de diciembre o de abril
que el calendario solo lo usan
los necios que tienen complejo
de importancia vana y febril,
dejamos a Escruge porque sus fantasmas
no fueron tal, pues no existen aquí,
un viaje de opio se los provocó