15/11/11

Un Cuento de Vanidad (Versión Poesía)

Un Cuento de Vanidad (Versión Poesía)


Para empezar,
el buen Marley estaba muerto
desde hace muchos años
el pobre Bob yace en una tumba,
que para muchos es un desierto
ya no canta,
el buen reggae murió con él
y en esta época santa,
no sabemos qué hacer

“Ebanister Escruge”… su socio,
lo sabía muy bien
odiaba los villancicos,
pero amaba el reggae
no daba limosnas a los pobres
y a los ricos… también
pero el destino le tenía listo
un duro revés
el viejo amargado entendería
de una sola vez

O tal vez tres, porque esa noche,
pensando se fue
a su casa a descansar
como hacía cada… mes
pero este preciso mes
era el de la fatalidad,
ese al que llaman navidad,
de regalos, festejos en vez
de pensar un poco en la verdad,
así Escruge se mece

En su silla de labor,
recordó que al entrar algo vio
en el pomo se su puerta al abrir
(la cara de Goofy) claro está,
con la que tiempo atrás
el mismo la adornó
sin embargo no dejaba
de pensar en el viejo Bob
cuando a las puertas
el cántico navideño llegó

En el tétrico silencio
de su estancia, egoísta y falaz
escuchó un murmullo
de algo que se arrastraba
era el inconfundible cabello de Bob,
que hace mucho
no se cortaba
porque no hay peluqueros
en el más allá
que se trataba de un trucho
Escruge al principio dudaba

Pero con lamento fantasmal,
escuchó a Marley decir:
“desde esta noche tres fantasmas
te visitarán, el primero hoy”
que te abrirán los ojos
ante la realidad de esta celebración
Ebanister, miró su vaso,
en el que solo quedaba un sorbo
de lo que había estado tomando
y sin pensarlo, lo tiró

Sin embargo a la hora de dormir,
una luz lo deslumbró
“soy el fantasma de la Vanidad Pasada”
dijo y se sentó
se trataba del espíritu
de el gran sabio Isaac Asimov
“te llevaré a recorrer
el mundo pasado en el cual
el futuro a mí se me reveló,
dentro del que no cabe
ningún nacimiento de ningún creador,
y esto nadie lo sabe”

Volaron hacia atrás,
a mundos fantásticos
llenos de robots
donde todos felices se informaban
sin pretensiones odiosas
de falso bienestar y amor,
que los ignorantes basan en un dios
Ebanister entonces se preguntaba,
como es que se dieron las cosas
porque en su mundo todos creían
que la vida se regía por rosas

La realidad que el primer espíritu le imprimió
lo dejó cansado
pero pasado el viaje otro ser se le apareció
cerca de su cama
se trataba de Richard Dawkins
en la mano “El Espejismo de Dios”
“Soy el espíritu de la Vanidad Presente”
anunció “y el ateo me ama”
el viaje que hizo fue a su misma época,
le enseñó su razón

La navidad es un negocio,
con Coca-Cola y Santa Clós
el pretexto es el natalicio
de un niño algo precoz
que según parece fue enviado
por su padre que en realidad
es él mismo disfrazado…
de casualidad
y parido por una virgen
para darle más sabor,
a la fábula inventada
en un libro de terror

Asustado y demacrado
a su cama volvió, a esperar el final
no sabía que faltaba
un camino por recorrer,
el más difícil quizá
un espectro sin rostro se le apareció
y con un dedo lo señaló
este personaje no se reveló,
pero tal vez es una esperanza de que
la gente comience a pensar
con su cerebro que la evolución le dio

El futuro se puede cambiar
pero lo inevitable sucederá por más
que reces y construyas portal,
y el arbolito adornes en familia
tengas santos, vírgenes, dioses
colgados de cruces como talismán
esto no evitará que el cáncer, el SIDA,
las plagas, acaben con la vida
como el pequeño Timy, que al final
tuvo que morir, se convirtiera
Escruge o no…

La vanidad del ser humano,
el orgullo tan vano,
ponerse a celebrar
festividades innatas ¿para qué?
los regalos, la hipocresía
la sonrisa vacía, la inútil fe,
todo esto comprendió Ebanister,
esa misma noche
y su viaje lo llevó hacia una gran verdad:
su propia tumba olvidada
que aunque estuviera rodeada de gente
al él no le serviría de nada…

Entonces salió a la calle,
con la cabeza muy en alto:
“no tengo porqué
rendir ningún homenaje
a inexistentes personajes
ni a la falsa fe
me compraré un buen pavo
y lo compartiré,
porque así me nace
no por paradigmas de ficción,
que la única buena
es la de Isaac Asimov”
y vio que habían pasado tres días,
desde la estúpida celebración

Pero no le preocupó,
porque somos libres de celebrar,
el día que se nos antoje celebrar,
ya sea veinticinco de diciembre o de abril
que el calendario solo lo usan
los necios que tienen complejo
de importancia vana y febril,
dejamos a Escruge porque sus fantasmas
no fueron tal, pues no existen aquí,
un viaje de opio se los provocó





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