El “Chunchereco” Del Tiempo (¿Última Parte?)
-Se chuncherequió el chunche…
-Se jodió el coso…
-¿Y ahora que hacemos?
-Yo que voa saber, usté es el eisperto…
-Pero Ruperto no vino…
-¿Cuál Ruperto?
-El de recursos humanos
No se sabía
quién decía cada línea, pues estaba todo oscuro
al parecer, habían manipulado (yo he comido maní
salado,
maní garapiñao, hasta maní encascarao… pero nunca maní
pulado) mal el artefacto, que de ipsofacto echó
chispas y
se apagó… dejándolos en la más completa oscuridá
oscura
-No funciona- insistía Ramiro
-Pues dele un tortazo como esos que le pega a la compu
cuando se le pone en negro el monitor
-Ya, lo he golpeado varias veces y no anda… me da
miedo
esbaratarlo…
-Deme acá…
Y Jorge
agarrándolo contra el supuesto suelo lo azotó
hasta que echó mas chispitas…
-Lo que yo me pregunto es ¿Dónde estaremos?- dijo
Ramiro
-Y llevamos varios siglos sin comer, se nos pasó la
hora de
almuerzo… hasta nos perdimos la chicharronera de Roma
cuando tostaron a los cristianos…
-¿Los seguidores de Cristina?
-No no, los seguidores de…
Y en eso, el
chunche alumbró… alumbró la estancia donde
se encontraban, era una especie de habitación muy
amplia
de la que no podían verse los límites pues la blancura
que
proyectaba deslumbraba la vista, ya saben, como esas
que
siempre aparecen en las películas…
En eso aparece
un ser, vestido con una toga al estilo nudis…
digo, budista… el tipo no era muy grande que digamos y
mirando a los recién llegados (bueno, ni tan recién:
llevaban
varias horas ahí) les dijo:
-Ustedes han roto el natural desarrollo del continuo
espacio
tiempo.
Jorge y Ramiro
se asustaron muchísimo, quien sabe en qué
embrollo se habían metido y no pidieron permiso en el
trabajo… y menos a sus esposas (a las suyas no,
lector, a las
de ellos)
-Pero les diré algo- continuó el extraño -son solo
unos pobres
principiantes, yo soy el amo del tiempo, infalible,
inescrutable
invencible, imposible de engañar, todopoderoso y
omnisciente
(lo que pasa es que ese chunchereco que tienen ustedes
se me
había perdío en un descuido)
-¿Lo podrá reparar, señor? preguntó tímidamente Ramiro
-A ver- dijo el pequeño anfitrión tomando el
maltratado
artilugio y revisándolo
Luego de un rato de batallar anunció:
-Yastá… era que se le había metido una cucaracha y le
quemó
la fuente de poder.
-Con razón olía tan feo, yo creí que habíamos llegado
al mismo
infierno- dijo Jorge
-¿Al mismo, qué, hay otro?- dijo Ramiro
-Por cierto, mi nombre es Tufemo
-¿Tu enfermo? ¿cómo?
Tufemo puso los
ojos en blanco al estilo de Tony Stark en los
memes…
-Eso no importa, ahora lo que debemos hacer es
intentar
devolverlos a ustedes a su tiempo de origen ¿de cual
año
vienen?
-Yo llegué hasta octavo de preparatoria- confesó
Ramiro
-Y yo saqué noveno, pero no pude estudiar más por
falta
de presupuesto- dijo Jorge
-O por falta de cerebro- les increpó Tufemo
-Ya sabía yo, que mi mamá no me decía toda la verdad…
-¡Bueno, ya! vamos a utilizar este enorme avance
tecnológico
y científico para realizar el viaje… ahora, unos pases
mágicos…
-¿Y si mejor viajamos al futuro?- sugirió Jorge
Todos se
quedaron pensativos… hasta que Tufemo dijo resuelto
(suelto dos veces):
-No… esto implicaría una cuarta parte y ya el autor no
tiene ni
puta idea de qué más escribir.
Y los devolvió
a la aburrida oficina de donde habían salido, para
que se ganen el pan de cada día como usté o como yo (y
si no
como yo, me quedo con hambre)
Habrán notado que a esta historia le falta una parte
(o varias (las
esposas de los ovarios)) pero eso queda para una
secuela-precuela
y hacer igual que “Rogue Güan” saber qué pasó en
determinado
lapso de tiempo (o sería mejor no saber)