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5/8/22

Recortos

Recortos

Como hace tiempo que no publico, me fijé en mi blog de
notas a ver con cual genialidad los deleito hoy, pero solo
había escritas dos palabras: yogurt, sal… entonces no sé
qué pasaba por mi mente cuando decidí apuntar eso y
que tal vez tuviera alguna relevancia dos meses después
con el alzheimer que me manejo… lo que sí he estado
viendo últimamente es acerca de lo que llaman algo así
como esos planetas, exoplanetas, sexo planetas… no…
de esos planetas que dicen que están relativamente cerca
pero a la vez muy lejos y que eventualmente se podrían
colonizar (llenar de colonia porque huelen muy feo) por
el ser humano, pero qué miedo ir y encontrarse con que
están ya habitados por extraterrestres verdes, feos y con
antenas por orejas… también he visto mucho tiroteo en
las escuelas, colegios, supermercados, etc, en estados
unidos… pero eso es lo de siempre ¿no? mi hija dijo
que ella también iba a hacer un “disparate” en el cole…
¿ud sabe lo que es un disparate? le pregunté… si, me
dice, que agarra una pistola y dispara pa’ todos laos…
No! un disparate es precisamente eso que está diciendo,
a mis hijos los educo yo… todo esto me llevó a recordar
la vez que me perdí en el hospital… (vean como estoy
de jodido de la mente) no sé en cual hospital, en todos
me perdí, creo que fue en el hospital de niños, aunque
me atendieron puros adultos… (no adultos puros, que
no creo que hayan) resulta que me mandaron al segundo
piso y yo entraba por una puerta, salía por la otra, daba
a un pasillo, este se bifurcaba en cientos de saguanes
y por cualquiera que me metía volvía a salir al mismo
lugar: una sala grande, de la cual, al décimo intento ya
no quería salir más de ahí… estaba sentado, en una
banca, todo deprimido, cuando llegó un señor y me dice:
ud necesita ir al segundo, verdad? y yo: no, yo quiero
irme para mi casa, pero no puedo salir de este bucle
infinito… me dice: vea, ahí en aquella esquina está el
ascensor… y yo, como soy clautrofóbico: que le tengo
claustra a la fobia, con todo el miedo del mundo me
monté en aquel aparatejo y subí pa’ rriba, hasta que
llegué a una sala idéntica a la que acababa de dejar…
(¿o sería la misma?) con la misma disposición de la
anterior: laberinto inconmesurable, y no había por
ninguna parte, un sherpa nepalí… bueno, al final de
todo el cuento, tuve que salir por unas escaleras por
donde vi a la gente que iba bajando, porque iban ya a
cerrar el hospital… ¿pero por qué les comento todo
esto? poniendo en evidencia mi más completo sentido
de desorientación, y ya me voy porque venía para el
trabajo y agarré una calle que no era por venir pegado
al celular…