Poniendo El Arbolito
En Navidá (O PEAEN)
Es toda una odifea cuando llegan estas épocas
(que
no son pocas) y hay
que sacar el arbolito (de navidá)
en mi caso particular
lo tengo guardado en el pedazo
de cielo raso que me
dejaron en el corredor (el resto
de la casa no tiene)
(debería algún día pedirle a Santa
un cielo raso para la
casa) pero en estas trifulcas de
fin de año, intentando
pagar lo que queda debiendo
del tal viernes negro,
ni tiempo hay de escribirle la
carta, y como no nos
alcanza para los regalos el 25
recurrimos al último
recurso y postponemos el buen
regocijo pal día de
reyes (los reyes vagos) no obstante
en esos días estamos
tan atribulados comprando ya
los (in) útiles
escolares que al final, tampoco hubo
regalos, pero no nos
adelantemos, estamos en unos
días que con el
fantasma de la tamalera encima, no
atinamos a saber qué
es lo que sigue para celebrar
el nacimiento de
nuestro señor Jesucris amén y en
mi caso (y en mi casa)
ya es hora de sacárselo (el
palo) (de navidá) pero
como me mandaron a cortar
las hojas pa los
tamales no he podido bajarlo del techo
Y me dan ñáñaras,
porque luego es un suplicio empezar
que a armarlo, que a
adornarlo, todo el año metido en
ese espacio húmedo y
oscuro que ya viene “adornado”
apenas lo pongo llegan
y dicen: que adornos mas lindos
y originales ¿qué son?
y yo con cara de pregunta, me
fijo y contesto: Ah,
si… cadáveres de cucarachas y unas
cacotas de ratón! Ni
qué hablar del portal, con el niñito
perdido y San José
decapitado… las ovejas sin pastor
y el ángel caído… lo
único bueno que tiene es el pesebre
(y saber si en
realidad es así, porque yo en la vida he
visto uno) luego las
bolas quebradas (las de adornar)
(las otras también de
tanto merequetengue) y esos
regalillos que ponen
para adornar, los chiquitos los
abrieron pensando que
eran los de ellos… ni siquiera
tiene estrella… por
aquello que dicen que unos nacen
con una estrella y
otros nacemos estrellados… y luego
el clímax del maelstrom:
las series! un reverendo y
locuaz (de loco)
enredijo comida por chinchas y ruedores
(que ruedan) que tarda
mas uno en desenredarlas que
en quitarlas luego
porque no funcionan… en realidad
es una serie, una serie
de peripecias que hay que vivir
pa complacer al
populacho que pierde la cabeza (igual
que San José) en estos
ritos pasados de moda y tan
cansados, pero que al
menos nos ofrecen unos días
de vacaciones (a unos,
a otros se les redobla (la labor))
De momento yo me voy…
quedan un par de jueves
de este año, no sé si
se me ocurre algo escribo (lo mas
probable es que no…)
esperando que me puedan leer
y soportar por otro
año mas… si les da la gana y ya me
tengo que ir porque
tengo que ir a extraerlo del techo
(al árbol)
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