Como Has Cambiado!
Eso me dicen
frecuentemente (desde que tenía como quince)
ya acercándome a los cuarenta (hace tiempos que me
acerco
pero no he llegado (está costando (por suerte (por
mala))) y es
que entre mas vives (menos mueres) no, más se va
dando uno
cuenta de la evolución, no solo del ser humano
(también de la
“será” humana) también de las cosas, el otro día
paseando por
mi pueblo (cosa sin el mínimo sentido, tengo casi
cuarenta años
de vivir aquí y me lo conozco de memoria) pero si
noto algunos
cambios en mi pueblito, que dicho sea de paso (o de
pozo) que
nunca les he descrito (ni lo voy a hacer) si no que,
esto no es
solo en mi pueblo, he visto como muchos centros de
diversión
se han convertido ahora en supermercados… ahora hay
hasta
un supermercado “jamonés” (no, esperen, es chino) eso
¿debido
a qué? (o ¿qué he bebido?) analizando muy
profundamente el
desconcierto, he dado con la razón única y verdadera
de esta
proliferación de lugares de consumo (o sinsumo) y la
inminente
decadencia de los salones de baile y discotecas,
pues está muy
claro, está clarísimo, clarisisísismo!! (qué cosa?)
ah, si la razón
pues que en aquellos tiempos, en los salones y
discotecas las
parejas iban a disfrutar, bailar y… hacer chiquitos!
pues claro
hicieron tantos, que ahora tuvieron que quitar la
diversión y
poner lugares donde vendan con qué alimentarlos… y
así, los
niños de ahora, no tendrán la oportunidad de ir a
divertirse y
perseve… presres… precintar… perpetuar!! la especie, lo cual
está totalmente correcto, el problema es que los
seres humanos
no necesitan de centros de diversión para
reproducirse y ahora
se reproducen tranquilamente en el colegio… yo digo
que cierren
los colegios y abran mas supermercados… el otro día
(no este,
otro) pasé junto a una marisquería y olía a puro
marisco, claro
está… (esta marisquería se ubica donde hace veinte
años había
una discoteca) y me imaginé como debe salir oliendo
uno de
trabajar ahí, y una señora escuchó mi imaginación,
pues yo a
veces imagino en voz alta… y la mujer me contó que
cuando
trabajaba en una soda, siempre salía oliendo a todo
lo que ahí
cocinaba… el pelo, la ropa, la piel (no, eso no era
lo que cocinaba)
eso era lo que se le impregnaba de ese olor… que
cuando llegaba
a casa el hijo (cuando eso pequeño aún sin edad para
reproducirse)
la recibía con un abrazo y le decía:
-Mmmmm, mami… huele a pizza!!
Lo peor era que solo le llevaba el olor… y con esta
me despido (porque
soy mi jefe y puedo a mi mismo despedirme y
contratarme cuando me
de la gana) hasta la próxima… contratación!
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