7/5/15

Como Has Cambiado!

Como Has Cambiado!

 Eso me dicen frecuentemente (desde que tenía como quince)
ya acercándome a los cuarenta (hace tiempos que me acerco
pero no he llegado (está costando (por suerte (por mala))) y es
que entre mas vives (menos mueres) no, más se va dando uno
cuenta de la evolución, no solo del ser humano (también de la
“será” humana) también de las cosas, el otro día paseando por
mi pueblo (cosa sin el mínimo sentido, tengo casi cuarenta años
de vivir aquí y me lo conozco de memoria) pero si noto algunos
cambios en mi pueblito, que dicho sea de paso (o de pozo) que
nunca les he descrito (ni lo voy a hacer) si no que, esto no es
solo en mi pueblo, he visto como muchos centros de diversión
se han convertido ahora en supermercados… ahora hay hasta
un supermercado “jamonés” (no, esperen, es chino) eso ¿debido
a qué? (o ¿qué he bebido?) analizando muy profundamente el
desconcierto, he dado con la razón única y verdadera de esta
proliferación de lugares de consumo (o sinsumo) y la inminente
decadencia de los salones de baile y discotecas, pues está muy
claro, está clarísimo, clarisisísismo!! (qué cosa?) ah, si la razón
pues que en aquellos tiempos, en los salones y discotecas las
parejas iban a disfrutar, bailar y… hacer chiquitos! pues claro
hicieron tantos, que ahora tuvieron que quitar la diversión y
poner lugares donde vendan con qué alimentarlos… y así, los
niños de ahora, no tendrán la oportunidad de ir a divertirse y
perseve… presres… precintar… perpetuar!!  la especie, lo cual
está totalmente correcto, el problema es que los seres humanos
no necesitan de centros de diversión para reproducirse y ahora
se reproducen tranquilamente en el colegio… yo digo que cierren
los colegios y abran mas supermercados… el otro día (no este,
otro) pasé junto a una marisquería y olía a puro marisco, claro
está… (esta marisquería se ubica donde hace veinte años había
una discoteca) y me imaginé como debe salir oliendo uno de
trabajar ahí, y una señora escuchó mi imaginación, pues yo a
veces imagino en voz alta… y la mujer me contó que cuando
trabajaba en una soda, siempre salía oliendo a todo lo que ahí
cocinaba… el pelo, la ropa, la piel (no, eso no era lo que cocinaba)
eso era lo que se le impregnaba de ese olor… que cuando llegaba
a casa el hijo (cuando eso pequeño aún sin edad para reproducirse)
la recibía con un abrazo y le decía:
-Mmmmm, mami… huele a pizza!!
Lo peor era que solo le llevaba el olor… y con esta me despido (porque
soy mi jefe y puedo a mi mismo despedirme y contratarme cuando me
de la gana) hasta la próxima… contratación!


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