De Viajes, Viejas y Vírgenes
Para los que
esperaron la columna de ayer (supongo que nadie)
les explicaría porqué la escribo hasta hoy, pero no
tengo porqué
estar dando explicaciones… aunque si voy a contarles,
que ayer
tuve que ir a la capital del reino… y cada vez que
voy, vuelvo con
más acidez (estomacal) resulta que tenía que viajar
hasta Pavas
y ahí es famoso porque está el siquiátrico (o
no-quiátrico) nacional
no, no crean que iba a internarme, no… iba para otro
lugar que
no era ese… aunque cuando le pregunté al chofer de
buses, que
si iba para Pavas, me vio de arriba abajo y me dijo:
¿tiene la orden
de internamiento? Pero al tipo no le importaba,
luego de todo
el trayecto a ese trámite que no viene al caso,
porque parece
que cuando escribo todo viene al caso y nada es
importante, me
vine para el mero centro de la capital, con unas
presas de los mil
diablos, porque en estos días se vuelve a celebrar
la “icnoransia”
de la virgen de los angeles y hay muchos atravesados
en la calle
Pensando en todo eso, me senté en una macetera a ver
pasar
a la gente y a decirle “no” a los que llegaban a
ofrecerme algo…
estuve viendo un tipo que ofrecía estampitas del “divino
niño”
y me pregunté: ¿Si es tan milagroso el tal niño ese…
porqué nadie
le compró ninguno en las dos hora que estuve ahí? ¿casualidad
o destino? Otro tipo pasó vendiendo un producto que
casi me
interesó por como lo anunciaba: “brazos de sol,
lleve los brazos
de sol”… Yo no sabía que el sol tenía brazos! y
continuaba: “lleve
los protectores de brazos de sol, es importante
proteger los
brazos del sol” ¿proteger los brazos del sol? Ah,
con razón, no lo
sabía: es que están en extinción… (claro para ir al
sol hay que
llevar un extintor… o dos por lo menos…) entonces ya
alguien
fue y le están extinguiendo los brazos… Yo creo que
me estaba
haciendo daño la caminada… (pero no a la virgen de
los Angeles)
y el mismo sol (claro que el mismo, si fuera otro,
estaríamos en
una novela de Isaac Asimov) Luego para rematar la
mañana (o
era tarde ya…) pasó una vieja indigente (y
sinunsolodiente) y
me ofreció una “cogida con el diablo” como no le
hice caso a lo
que me balbuceaba me gritó: ¡ojalá que se lo coja el
diablo!… me
volví y le contesté: pero que sea un súcubo por
favor… ya estoy
cansado de diversos tipos de cogidas… Tenía otro
apunte en mis
notas pero no lo entiendo, así que hasta aquí dejo
la columna de
hoy y nos vemos la próxima semana (si estoy vivo)
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