Evolución
Pero no voy a
hablar de lo que inventó el tal “Dargüin” (¿será familia
de “Dargüeider”?)
porque con ese señor se arman unos debates que
hasta que cansan, ente creyentes y ateos, y qué
aburrido, lo que pasa
es que un día hablando con un compañero de trabajo
(cosa rara en mí
pues nunca entablo conversación con nadie de la
oficina (ni entablo
nada, porque no soy carpintero)) la cuestión es que
recordábamos los
tiempos en que no teníamos interné, y para poder
saber como eran las
mujeres (en teoría) solo teníamos como fuente de
información algunos
programas que daban en la eternamente mediocre
televisión nacional
y uno esperando que dieran “musicales del 13” (entre
más me la...ejem)
para ver a la Lucerito con un bikini, que en
realidad era horrible, pero
que en ese tiempo nos hacía volar entre las nubes,
cantando “cuéntame
los pelos de las espalda♫” (ah, ¿no era así?) y
bailando como si se
hubiera parado en un hormiguero y uno parad… ejem…
También
habían unas dominicanas, creo, que se hacían llamar “Las
Chicas
del Can” Aquí en mi pueblo se formó un grupillo de
flamencas que
se pusieron “Las Cherry Band” y la felicidad cuando
íbamos a los
conciertillos que hacían imitando a las dominicanas
y decíamos:
“Mae, mae, vamos a ver a las “chiberras…”” y estas “chicas
del
perro” (porque can es perro ¿o no?) tenían una
música horrosa
(peor de fea que los bikinis de Lucero) pero uno las
veía porque
se manejaban unas piernotas en “short corto”… que no
importaba
que le sangraran los oídos…y era lo único que
podíamos aspirar
ver… porque para arriba del muslo de una mujer era
un misterio
encriptado, envuelto en el más oscuro (literalmente)
de los tabúes
(y eso que yo ya tenía 18 años y no me da pena
decirlo: yo llegué
a la mayoría de edad imaginándome el cuerpo desnudo
de una
mujer como una muñeca de esas grandotas que salían)
luego al
pasar el tiempo, algunos canales implementaron las “películas
para adultos” pero empezaron con “el crucero del
amor” que daban
a las diez de la noche y no nos dejaban verlo, y
cuando lo dieron
a las tres de la tarde fue una decepción mayúscula,
luego me
regalaron un tele viejo para que lo tuviera en mi
cuarto y anunciaban
de esas películas inconvenientes a las once “peme” y
yo me
quedaba tragándome (la programación) bastante ñoña
por cierto
y no llegaba ni a las nueve… me despertaba al otro
día sin poder
haber visto nada de nada… y ahora hemos evolucionado
tanto
que el porno nos rodea, nos persigue y lo consumimos
a granel
sabemos como es una mujer al derecho y al revés (aún
así no las
entiendo) en acción, por dentro y por fuera,
conocemos hasta sus
órganos internos y tampoco somos felices… así que
evolucionar
no sirve de nada, continuamos igual, como al
principio: ver y
desear, ahora en otra magnitud, pero la misma mierda
envuelta en
otro papel…
No hay comentarios:
Publicar un comentario