19/9/11

Intrigas

Intrigas

…O “entregas” ¿por qué diablos la gente no puede vivir sin los
problemas de los demás? me tiene podrido el “cuchicheo”, el
aire de misterio, las sonrisas retorcidas, el mirar de soslayo…
el chisme sin freno, escupir sapos y culebras, enredar los asuntos
más de la cuenta… un asunto determinado que implique un eventual
problema, no es tan difícil, si ciertos elementos no metieran sus
venenosas lenguas atravesándose en la salida, que secretitos, que
habladurías en “baja voz”, que se desviven por saber o por tratar
de “arreglar” la vida de los demás, les digo: métanse en sus propias
y miserables vidas… y si no tienen, búsquense un oficio, aunque no
lo necesiten, que vienen corriendo a preguntarme como sigue mi
hermano de su enfermedad… y yo les contesto: ¿Cuál enfermedad?
y me responden (sabiendo que solo los idiotas contestan una
pregunta con otra pregunta): ¿no sabía que su hermano está mal?
y yo vuelvo a preguntar (en forma de “contestación”): ¿Qué me
puede importar a mí la vida de los demás?... y es que hay intrigas
en todo: en el trabajo, en la calle en la casa… yo me pregunto el
porqué la gente siempre está dispuesta a asegurar lo peor de los
acontecimientos con solo ver una parte, por ejemplo el otro día
que mi esposa encontró unos calzones en mi carro… y no eran de
ella… me recrimina que ando con otra… (¿y no puede ser con la
misma de siempre?... ni que fuera tan guapo yo!) y no, ¿porqué
no analiza? ¿porqué no busca otras posibilidades de lo que hubiera
ocurrido?: bien pude haberme metido a travesti! ¿porqué siempre
tiene que ser la peor opción la que se imaginen? es como el caso
de la caja de condones… pero eso es ya otra historia, la gente
acusa, señala, juzga, condena, pero no se da cuenta de que lo
que haga cada quien, si no se afecta a nadie directamente, no
tiene porque incumbirles y no les da derecho a decir nada, ni
siquiera a dirigirme la palabra… cuando camino por la calle,
procuro no saludar a nadie ni preguntar nada, pues como bien
dice El Barto: “nunca le preguntes a nadie que le pasa porque
corres el riesgo de que te lo cuente”… la gente común y simple
no necesita saber de mi sofisticada vida, incluso un día me subí
al bus y llevaba tan mala cara que el chofer, del susto, ni me ha
cobrado el pasaje… así me tienen estos malditos metiches, que
dicho sea de paso son el noventa y cinco por ciento de la población
con la que me encuentro día con día, como quien dice: el populacho
(que no es lo mismo que el “colacho”) aún en el caso de que afecten
mis actitudes, nadie tiene derecho de cuestionarme, únicamente
de encerrarme, porque existen leyes, si yo no me meto con lo
que haces, déjame a mí en paz y los dejo que una frase del genial
George Carlin:
"Así que yo digo vive y deja vivir, ese es mi lema, vive y deja vivir.
 Y si alguien no está de acuerdo, sáquenlo y dispárenle al hijo
de puta. Es una filosofía simple, pero siempre ha funcionado en mi
familia."


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