Si Fuera Famoso
Los sueños, sueños son, decía un poeta (o al menos la gente
dice que un poeta lo decía, para darle más énfasis a la frase)
no es que yo sueñe con ser famoso, ni mucho menos, esa vida
requiere demasiada convicción (o sin-vicción, es lo mismo) y
yo no poseo esa virtud, sin embargo, cuando veo, alguna
noticia de la farándula (por casualidad, no es que a mí me
importe (o me “exporte”) lo que les pasa a las estrellas de la
televisión y el cine) me imagino que pasaría si yo fuera famoso
(bueno, más) aunque un compañero dice que cuando alguien
olía feo en el colegio, el profesor les decía: “este chiquito está
“famoso”, pero si yo fuera famoso (oloroso ya soy, ayer sudé
más de la cuenta y me pasé un desodorante de esos “rolón”
(una rola grande) y en lugar de yo quedar oliendo a desodorante
el desodorante quedó oliendo a mí y ya no lo puedo usar más)
decía que si yo fuera famoso, los papa… papa… (¿papanatas?)
paparazzis harían fiesta… con lo zafado que soy para decir y
expresar opiniones me comerían vivo… y es que a veces aunque
piense bien lo que quiero decir, cuando abro la boca (o los dedos)
no me sale (la idea) (ni nada) y se crea una confusión y cierta
controversia (o sin-tro… ah!, que majadería!) ya me parece ver
en los titulares de las revistas de moda: Jag, Homofílico! (que diga
homofóbico!) Jag aprueba la pena de muerte (no basta con la
pena de vida) Jag, Cenó fobos… (ah, no… xenófobo) (creo que los
fobos son unos moluscos, pero no estoy seguro) otro titular:
Jag ataca a la iglesia!!!, Jag, ataca al gobierno !!! … Jag fue
fotografiado chingo en el balcón de su mansión de playa…
¡Oh, no! ¡qué horror!!! ¿y dónde está la censura??, que esto
quema los ojos!!!, Jag golpea a un niño por embarrarlo de caca
en el autobús (¿y qué hago yo en un autobús, siendo tan
famoso?) me parece ver la fotografías en primera plana de
los periódicos o en “Pelusos de la Farántula” yo con “antiojos”
oscuros asomándome al balcón con un carajillo agarrado de
una pata a punto de tirarlo desde el tercer piso… los medios
jartándome con cada respiro que doy, con cada vez que me
divorcio y me vuelvo a casar (¡que estúpido!, con una vez basta) .
y cuando muera… todos de luto, miles de personas en mi funeral
que “qué bueno que era” y mis libros se dispararían (en la cabeza)
en ventas… por eso mejor, me quedo quedito en mi escondite
sin mover demasiado la cobija… por el momento.
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