2/2/10

Chequeo General Antes de Salir

Chequeo General Antes de Salir

O por sus siglas en español “ChéGAS” (nada que ver
con nuestros vecinos del sur Argentina…), mientras
Tufemo se apresta (no se “a-regala”) a planear sus aten…
tos intentos de mejorar el mundo, nosotros haremos un
recorrido por el más minucioso ritual de preparación
antes de salir de casa, que para enfrentar esta sociedad
es necesario cumplir con ciertas pautas, primero que nada
y antes que todo, si ese día debemos salir, ya sea para el 
trabajo, una junta, una fiesta o bien a pasear al perro
debemos fijarnos bien de la forma en que vamos arreglados
(ya si es una fiesta informal, podemos ir como se nos venga
en gana), sin embargo, hay reglas que por mínimas que
nos parezcan tenemos que cumplir, primero que nada
es darnos cuenta del lugar donde nos encontramos, es
decir, si es muy temprano, lo más probable es que estemos
en la cama (cada uno en la suya, que no quiero enredos)
nos levantamos, nos quitamos la pijama… (Si estamos sin
pijama, nos ponemos algo… cochinos!!), me meto al baño
(desde ahora hablo en singular, porque es lo que hago
yo, cada quien tiene sus mañas, esto es lo básico), hago
gárgaras (en seco porque no encuentro el grifo), abro
los ojos, me arden, los vuelvo a cerrar, sigo caminando
a tientas, me doy en la rodilla con el inodoro, ahora si
abro los ojos tanto que ya no los puedo más que entrecerrar
me quito la pijama (yo si uso, no como otros (no me consta
pero igual)), me meto a la regadera, la ducha no calienta
la abro, la cierro, la abro de nuevo (igual que los ojos)
como habrán notado, lo anterior es solo el calentamiento
(de la ducha), termino de ver el agua (porque ni me tocó)
procedo a vestirme…, primero el calzoncillo, pero si 
levanto un pie para meterlo en este hueco, pierdo el
equilibrio, y si lo pierdo, me cuesta luego encontrarlo
me siento en la taza (del inodoro) y meto un pie, luego
el otro… me quedé dormido (eso me pasa por describir
una mañana cotidiana), me despierto, sigo con las
medias, termino con las enteras, me pongo la camisa
me ajusto el pantalón… la faja ¿Dónde está mi faja?
me empieza a agarrar tarde, me desespero, salgo del
baño, encuentro la faja en el sillón, me apuro, llego
al espejo, me devuelvo a ver qué me pasó, porque el sujeto 
en el espejo no soy yo…, lo pienso mejor… y sí, soy yo,
en un torbellino de velocidad, me echo desodorante
(con los dedos porque se me jodió el “roll-on”) me 
atomizo con spray (espero que no sea el mata-mosquitos)
salgo de la casa, ando en bus, camino por la calle, llego al
brete, me fijo en el pantalón y veo que la faja
se brincó un pasa fajas (y por esta razón fue que les 
escribí todo esto), para que se fijen siempre antes de 
salir, pues yo he llegado al trabajo con el borde del
pantalón todo apurruñado y ya se me estaba cayendo
a medias (las medias no, a estas se las tragó el zapato)
y no encontraba porque motivo era y era el maldito
pasa fajas que se había capeado, para que no les pase
(aunque sé que a todos nos pasa), peor la vez que me 
vine a trabajar con la camisa al revés…
 


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