10/3/16

Encuentro Irreverente Con Un Adivino

Encuentro Irreverente Con Un Adivino

Con tanto desatino mundial que hay, decidí que era
hora de tomar cartas en el asunto, pero no como mi
tío, que le dijeron que debía tomar cartas, y ahora
solo toma ron “carta blanca”… decidí buscar ayuda
para acabar de una vez por todas con esta fatal y no
muy grata incertidumbre, busqué en el perióquido
que dicen que anuncian de todo, llamé, contacté y
me cité con uno de estos artífices de lo desconocido
que me habían dicho podía resolver todas mis cuitas
La primera mala impresión me la llevé cuando llamé:
-Aló? es usté el adivino?
-Si, Don Hassán para servirle, ¿con quién tengo el gusto?
-Bueno, ya si no sabe… empezamos mal…
 Y luego de eso no sé como diablos concertamos la cita
pero resulta que llegué al establecimiento (y miento
si digo que iba convencido) había un rótulo que decía:
Don Hassan, adivinación, cartomancia (por aquello de
tomar las cartas) espiritismo, médium (enterum, large)
tarot, amarres… (¿de perro sería?) no me detuve a
leer toda la parafernalia y entré… en el recinto (que
es dos veces cinto (cinto negra)) olía a inciencio, pero
rancio y vi al tipo sentado enfrente de la famosa bola
de cortal cristado… digo, de cristal cortado… y dio
inicio a la sesión:
-No me diga su problema- me dijo intempestivamente
-No pensaba hacerlo, usté es el experto (que fue perto
pero ya no)
-Usted necesita amarrar a una mujer!
-Ni loco que estuviera, joden como un yuyo sueltas,
ahora amarradas!
-No no no- decía en posición de actriz de novela
acongojada (o sea, con los ojos cerrados y con una
mano en la frente…)- usted lo que necesita es dinero
(Por fin, alguien que lo reconoce, casi casi me convence
en ese toque)
-Si… pero, aparte de eso, lo que necesito es que… ¿Cómo
explicarle? algún antídoto contra imbéciles… algo que
más bien aleje a los idiotas…
-¿Lo que quiere es que le eche un “mal de ojo” a alguien?
-No sé quéseso de “maldiojo” pero si tengo mucha “sangre
en el ojo” será un aire, doctor?
-Que no soy doctor! soy hechicero, adivino…
-A ver adivíneme esta: verde por juera, verde por dentro
con una semilla diaguacate aentro… ¿?
-No! yo le adivino sus penas y le doy las soluciones
-Bueno, las penas no tiene que adivinarlas, ya se ven
a simple vista… y lo de las soluciones… ¿Cómo pa’ cuando
estarían?
-Muy bien, ya empezamos a entendernos, pero no me ha
dicho su nombre
-Adivine…
-Así no funciona! Tiene que aportarme datos, información
-Ah, no, yo no trabajo en ese departamento, yo soy del
departamento de quejas… viera como me quejo!
-Está bien! quiere que le resuelva sus problemas o no?
-Usté con esa cara, no creo que resuelva ni cuanto es
dos por dos (cinco)
-Vea, no le admito que me falte al respeto en mi propio
negocio!
-Si quiere se lo falto en la calle…
-A la calle lo voy a enviar, ahora mismo!
-Bueno, bueno, no se sulfure, ya me voy…
-Pero no se va a ir sin pagarme la cuenta, son cincuenta
mil colones…
 Ahí fue cuando en realidad me enojé (me llené de ojos)
(del maldiojo) (o mal piojo) y le dije:
-Pues es usté un “falsante” si en realidad adivinara, se
habría enterado desde el principio que no traigo un
cinco!
 Y me fui dejándolo con la palabrota en la boca…
 Luego me di cuenta de que para resolver mis problemas
existenciales, económicos y demás lo que necesito en vez
de un adivino (que no era tan “divino”) es un asesino… 



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