17/2/11

¿Serán Hijoputas?

¿Serán Hijoputas?

 No es ser amargado, ni gruñón (o tal vez sí) y disculpen el título
de esta columna, traté de hacerlo lo más ameno posible,
pero es que a veces hay cada elemento que lo saca a uno de
quicio… (no sé a qué horas me metí al tal “quicio” pero igual)
el otro día en el hospital, no me querían dar el comprobante
de asistencia ni pago de transporte (vivo a setenta kilómetros
del dichoso hospital) porque “es una pérdida para la institución” (¡!)
¿y lo que me rebajan del salario todos los meses, tenga cita o
no, me enferme o no me enferme, tenga o no un accidente???
Podrían escudarse en que esa plata me la devuelven en forma
de pensión… pero ¿y si no llego a ver jamás esa pensión? Pues
con el servicio tan malo que dan, me muero mucho antes de
cumplir con las cuotas… ahora bien, las pastillas que fui a retirar,
no me las dieron ese día porque la inepta doctora no le puso
las (sobre) dosis que tenía que recetarme… entonces perdí
tres horas haciendo fila para que me salieran con que “su
receta fue rechazada”… ¿Qué significa exactamente rechazada?
“que tiene que volver donde la doctora y decirle que le apunte
la dosis a tomar” ¿la dosis? ¡si la puta dosis me la paso yo por la
jareta del pantalón! ¡venga esa droga ya!... ah pero no, todo el
sistema burocrático que aplico yo a mis desafortunados clientes
me lo endosaron a mi esa vez… por lo que fui donde la doctora
y esta muy campantemente ya se había ido… entonces tuve que
devolverme los setenta kilómetros hasta mi pueblo y volver cuando
a ellos les dé la gana para retirar mis ansiadas pastillas…
como si los pasajes (que no me quieren pagar) me salieran de
gratis y el almuerzo, y el día y el estrés de la maldita ciudad, debería
demandarlos por daños a la moral (aunque yo no tenga mucha)
pero cada vez que piso San José el estómago se me revuelca
un poco más… la pregunta que de ahí surge es. ¿serán hijoputas?
¿será que el “esmock” de la ciudad les absorbió el cerebro?
no digo la “consciencia” porque eso no existe, pero si algo de
sentido común… no lo digo por mí, que yo por mis drogas
viajo hasta diez mil kilómetros, pero ¿los pobres que casi no
tienen recursos para trámites de este tipo? Imagínese a una
pobre señora, que viene de “quiensabedónde” en un viaje de
por lo menos cinco días, en bejuco, a lomos de mono, a caballo,
en carreta, en “cazadora”, luego en bus, en taxi, hasta llegar
al hospital y que le digan que la estúpida doctora no le puso
cuantas pastillas tiene que jartarse para no intoxicarse y que
por eso tiene que irse sin nada, en tanto viaje que la obligan
a hacer, le puede salir el tigre o el cadejos a la desafortunada
y ya los dejo, porque tengo que tomarme la pastilla de hoy.


2 comentarios:

El Barto dijo...

lo mejor del caso es que sí es cierto que los que vienen de "quiensabeonde" (o venimos) hasta que se le entiesa el culo a uno de venir en el bus, se le revuelve la panza de escuchar a la gente "gomitándose" y que "manejador pare pa'miar" y que se escuchan a las viejillas chismosas del pueblo hablanado julanita y menganita y todo eso para que llegue un hijoputa de verdad y te diga tan trankilo que "lo siento pero no se las puedo dar" ah si es que dios existiera me cagaría en él y en los incautos creyentes

(esperemos que la censura no se sienta moralista mañana)

Jag Lake dijo...

Si no me sentí "mora lista" (o "mora tonta") ayer, escribiendo eso, mucho menos hoy publicando su acertado comentario, míster Barto.