De recuerdos, los fragmentos nos ayudan a ubicar
nuestras fantasías, nuestros deseos, como aquella
escena que escuché una vez sin principio ni fin y
que intentaré plasmar aquí…
…aún escuchaba las detonaciones afuera, el cuarto
estaba oscuro, y la cabeza le bombeaba cómo si
tuviera un corazón en lugar de cerebro… (eso le
ocurría a muchos, que pensaban con las tripas en
lugar de la razón), pero la guerra ¿Qué razón podía
tener? “maldita sea esta nube que cubre mi vida
y obstruye mi entendimiento”, en la oscuridad
completa, alargó la mano sintiendo un objeto
largo, duro… pero frío, no era lo que pensaba, era
su mejor amigo desde que había empezado aquello
(su segundo mejor amigo, aún estaba caliente)
tomó el rifle y engarrotado como se encontraba
avanzó hasta dónde creía que se encontraba la
salida, los pies le pesaban como si estuvieran
sumidos en cemento ya endurecido… lo único
endurecido que sentía desde hacía mucho tiempo
una tabla del piso cedió y cayó tan pesadamente
cómo había venido caminando, en el preciso
instante en que una granada entraba por la
ventana y volaba la casucha en un millón de
pedazos…
la mierda entró por su boca, llenó sus vísceras
y envolvió su cuerpo…
Cristino miraba la escena con ojos desorbitados
era su última granada, pero había vencido por
fin, corrió hasta los escombros humeantes, era
evidente que no andaba bien de la cabeza, la
guerra había dejado su huella en la mente de
aquel pobre soldado, firme, valiente, arriesgado
fiel hasta el final a su patria querida.
cuando el soldado desconocido se incorporó, se
dio cuenta de que había experimentado la ironía
de la buena pero a la vez mala noticia: “Don
Narciso Esquivel cayó en un “escusado” de hueco
la buena noticia es que la caca le llegaba a las
rodillas, la mala noticia, es que había caído de
cabeza”…
asqueado empezó a caminar por el túnel, que
servía de drenaje… de camino, encontró a
su abuela muerta, acribillada de pies a cabeza
y formando parte del excremento humano.
Cristino, satisfecho de su participación se dirigió
al retrete, se bajó los pantalones y se sentó a
hacer sus necesidades, el rifle abrazado, por si
habían quedado sobrevivientes, no lo fueran a
sorprender, silbaba tranquilamente, pero de
pronto, su silbido se convirtió en gemido, luego
de una detonación: un balazo le había entrado
por el culo expuesto en el hueco del servicio
cayó de bruces, con los ojos aún más desorbitados
una violación hubiera sido mucho mejor, pues
le ardían las entrañas y pensaba que de haber
sido violado no le dolería tanto.
por el agujero recién desalojado, asomó “Narciso”
con su cara renegrida por la suciedad y la mierda
apuntó al caído, pero reconociéndolo se detuvo
-¡Cristino!-
-¡Nar-nar- narciso!-
-Cristino, ¿Qué hace agüela muerta en el drenaje?-
-Todos han muerto, esta maldita guerra…-
-¿Qué guerra?, si la ganamos hace un mes-
-Pero no hemos recibido notificación- dijo Cristino
haciendo un último esfuerzo y sudando copiosamente
-Vamos, debemos llevarte a un hospital-
-No hay hospitales, todos han sido destrui…- y expiró
El soldado sobreviviente levantó a su hermano, lo
cargó en sus hombros y salió de aquel lugar, caminando
con sus pies más pesados aún…
(Gracias Mari, se que así no era, pero mi memoria
es de teflón (no se me pega nada) si me lo vuelves
a contar, tal vez lo haga mejor)
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