Estaba yo tranquilo paseando por la ciudad
cuando de repente , vino un conocido de
esos que se encuentra uno cuando menos
lo quiere y me dijo que habían inaugurado
un nuevo “nai clú” que llaman, de esos que
les dicen “ago gó” y si “hago gó” la gente
va a creer que les estoy diciendo que se
vayan en “inglis pichinglis”, pero volviendo
al tema , resulta que me fui con el para el
dichoso lugar de perdición ( por algo se
llamaba “El Templo de la Perdición” , donde
las señoritas se echan a perder, yo mas bien
diría que se echan a ganar ) pues cobraban
carísimo la entrada, apenas llegamos nos
ofrecieron unos tragos con unas bocas
un tanto extrañas, : culebra con sorpresa,
crema de abejón de mayo, sopa de ojos
en salsa de tomate, y de postre un put...
trido mono con los sesos congelados
( cualquier parecido con la película original
es mera coincidencia), mi amigo , luego
de vomitar , pidió que mejor le trajeran
morcilla !..., luego preguntamos cuanto
valía un po… co de minutos con alguna
de las chavalas que bailaban en la barra
y nos dijeron que con los tragos y eso nos
habíamos sobregirado con la tarjeta de
crédito , entonces llamaron a unos guardas
y nos llevaron a un calabozo ( calabozo ??!,
de donde sacaría esa palabra ? ), estaba
repleto de cucarachas , chinchas , chanchillos
y tijerillas pero cuando se cerró la reja pude
sacar la mano y recuperar la gorra que se
me había quedado botada, en eso que vimos
una mujer de las bailarinas en un cuarto
haciéndole un baile privado a un mae, y
le iba metiendo la mano en el pecho, creímos
que le iba a sacar el corazón, pero cuando
el idiota este estaba mas descuidado , lo
que la mujer extrajo fue…la billetera de la
bolsa de la camisa, nos vieron , nos agarraron
de nuevo, nos torturaron, quisieron sacarme
la billetera a mi también, pero yo les dije que
no tenía ni plata y que la tarjeta no servía
entonces me pusieron a lavar platos y
como no es feo !, me sentí como un esclavo,
pero en una vuelta , me apié la olla de agua
caliente que tenían para hacer los tamales
se regó por todo y aproveché la ocasión
para salir huyendo, por unos pasadizos hasta
dar con la calle, mi compañero estaba
esperándome afuera esgajado de la risa
que bromita ah !, lo bueno fue , que con
todo el alboroto logré traerme unas
cucharas y unos cuchillos , que luego
voy a vender diciendo que son los
cubiertos que usaron en La Última Cena.
Próximamente “La Ultima Truchada “
que ni se de que se trata , ahí de camino
se me ocurre.
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