10/1/08

A veces “Me-lan–cólicos”

Hoy estoy aquí, y decidí invitar a una amiga fiel y muy conocida, La Soledad, amablemente llega y sentándose a mi lado se dedica a teclear conmigo ¿de que quieres que escribamos hoy? , me dice , de lo mismo de siempre , le contesto , entonces los volátiles aunque no tan hábiles dedos empiezan a volar y pasan por paisajes recién decorados y por valles perdidos , mi amiga me mira , no puedo verla pero se que está sonriéndome y guiñándome sus vacíos ojos , su manto de transparencia se mueve a veces con el viento y me estremece , pero su protección me regocija , su dulce voz me cobija , me conduce , me encierra , me dice que su lapso de tiempo conmigo , debe acabar pronto , entonces le ruego que no se vaya , que me diga que todo está bien , que nada debo temer , y el corazón casi no late , el frío penetra en mis sentidos , agobiándome y deseo tirar todo por la borda y patear los faroles que iluminan mi sendero , pero ella me calma , me encamina nuevamente hacia la luz y percibo el orden de la civilización llegar , solo cinco minutos de su presencia me han hecho divagar , y recordamos juntos aquellos días , cuando éramos inseparables y la inspiración me arrasaba a torrentes , hoy que estoy aquí y el panorama es claro , La Soledad está triste , pues ya casi no la invito a mis tertulias , sin embargo ella sabe que vivirá en mi interior por siempre , pues aunque estoy rodeado de magníficos seres , mi alma aún se mantiene cristalizada y reprimida y hay un buen espacio para ella , con esto levanta su vaporosa mano y me dice adiós , hasta mañana , y le digo , no , hasta siempre , que tu no puedes despegarte de mi ser , el café estuvo bueno , la pastilla , no tanto como otras veces , pero esta vez , tomaré en cuenta la propuesta de invitarla mas a menudo.


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